Hola, soy Adriana Casar, ecuatoriana y facilitadora de la primera generación. Cuando decidí tomar la Certificación del Método Paternidad Efectiva, tenía un trabajo a tiempo completo que muchas veces me tomaba más de ocho horas al día.

Era vendedora en una multinacional, y aunque deseaba seguir activa profesionalmente, sentía que no estaba dedicando suficiente tiempo a mi familia. A veces, ni siquiera me veían.

Había momentos en los que solo los veía por la mañana y un ratito por la noche, lo cual no me permitía conectar con mis hijos. Ellos demandaban mi atención de muchas maneras y yo sabía que algo tenía que cambiar.

Decidí dar un paso hacia un cambio profesional.Incluso cuando me inscribí, mi esposo no sabía que ya había tomado la decisión. Hasta ahora, él no sabe cuánto pagué por este programa, pero honestamente, no le importa, porque el cambio ha sido increíble. No solo en mi vida, sino en la vida de toda la familia. El dinero pasó a segundo plano porque hay cosas mucho más importantes.

Durante la Certificación, además de recibir preparación profesional, experimenté un proceso personal muy profundo. Pude enfrentar mis miedos, inseguridades y bloqueos que me limitaban. Esto me permitió reconectar con mi pasión por compartir conocimientos y ayudar a otras personas. Hoy, estoy completamente conectada conmigo misma y con mi familia.

Soy 100% facilitadora profesional y tengo tiempo para estar con mis hijos y disfrutar de mi familia. Este viernes vamos a hacer un viaje, y simplemente cerré mi agenda porque ahora el tiempo es mío. Ahora siento que soy capaz de generar mis propios ingresos sin depender de una empresa. Soy capaz de generar porque valgo y lo que hago vale. Vivir este impacto en la vida de otras familias es algo que vale muchísimo.

Si estás pensando en tomar esta decisión, te aseguro que vale mucho más que cualquier cantidad de dinero. La vida con la que sueñas, dónde estás presente para tus hijos, no tiene precio.